lunes, 19 de diciembre de 2011

Frankenstein de Mary Shelley


El incomprendido monstruo, en su incomprendida película


Apabullada, mal recibida, con bajos ingresos en taquilla, destrozada por la crítica, como una horda de coléricos aldeanos persiguiendo al clásico monstruo de las paginas del libro de Mary Shelley; Frankenstein.

Si, es cierto que no esta tan apegado al libro como se suponía que debía estar, si, es cierto que trataron de explotar la fama de la resiente versión de Drácula dirigida por Coppola, Si, es cierto que se copio la atmósfera creada para el rey de los vampiros y si, es cierto que gran parte de los momentos icónicos, clásicos que aparecen en el filme de 1931 no salen en la pantalla en ningún momento y tal vez es ahí donde la crítica castigo mas a Kenneth Branagh (director) por “no haber prestado atención a los detalles”, por que después de todo, tal vez los nostálgicos querían volver a escuchar el grito de“its alive, alive” después que la criatura es despertada en la cima del castillo tras una tormenta eléctrica.

Pero saltándonos todos estos aspectos que los exigentes ávidos de sed por la sangre de Branagh en su momento, quiero retomar la película con un ojo menos incisivo, viéndola como si no existiera un antecedente clásico del cine de oro de monstruos, y criticándola de una manera mas objetiva y enfocándome únicamente en el filme, sin tener la ociosa necesidad de compararla.

Kenneth tiene un largo camino como director donde nos presenta siempre su propia propuesta sobre adaptaciones de filmes, libros, comics. Refiriendome con esto a películas como Hamlet de 1996 y mas recientemente Thor del 2011, pero ¿Por qué si estos dos últimos ejemplos han sido tan bien recibidos, tanto por la crítica como por la audiencia, siendo ambas totalmente diferentes y contrarias; Frankeinstein fue destrozada en su momento?

Creo que la razón de esto es por partir de un punto comparativo, y tal vez el error de Branagh fue llamar a su película Frankenstein de Mary Shelly, tal vez con eso aprendió su lección y a su versión del clásico de Shakespeare le llamo Hamlet de Kenneth Branagh.

Pero en realidad la película es muy buena, por si sola nos presenta un contrario absoluto, por un lado tenemos al frenético Doctor Frankeinstein que obsesionado por detener la inevitable muerte de sus seres queridos, se propone a crear un método de volverlos a la vida; y por el otro lado tenemos al mal llamado monstruo, un zombie sin nombre que regresa a la vida después de que el obsesionado científico logra completar su experimento. Interpretado magistralmente por Robert De Niro, el “monstruo” en esta versión, es presentado de manera mas humana, el filme nos deja ver la razón por la cual este ser se corrompe al punto de convertirse en un incomprendido, en un villano.

Uno de los grandes aciertos del filme es ahondar en todos estos aspectos y mostrarnos más íntimamente la esencia del ser en los dos lados opuestos, por un lado el “bien” representado en el Dr. Frankeinstein el cual provoca a consecuencia de sus errores la existencia del “mal” el incomprendido monstruo que trastorna sus objetivos al encontrarse una y otra vez con puertas cerradas y desprecio en todos lados, lo que genera en la salida mas fácil, encaminarse por el sendero de la destrucción; después de todo, si todos te odian, ódialos a todos, ¿no?

Afortunadamente el filme no se queda ahí, y nos muestra la consecuencia del existir de estos dos absolutos, que con sus acciones dan vida el uno al otro, y hacen mas grande el fuego que daña a todos los que viven cerca de ellos, convirtiendo el amor, la amistad, la familia en victimas de su guerra.

Y aún así Branagh fue mas lejos y nos muestra que hay mas allá, cuando la guerra llega a su fin y ya no tienes nada en la manos, mas que las cenizas de los sueños de los que antes querías.

Tal vez todo esto fue pasado por alto cuando la crítica, destrozó la película en 1994, pero en realidad no se le puede pedir mas, reinventa totalmente el concepto de la historia de Frankeinstein, profundiza en la mente del ser y nos muestra las consecuencias de las acciones por mas puras que estas parezcan y aún que si es cierto que no se apega ni al filme original, ni al libro (que si es mas profundo y mas trágico) el concepto es bueno en muchos aspectos, tal vez el único error de su director fue no llamar a su versión Frankeinsten de Kenneth Branagh.

¿Alguna vez considerar las consecuencias de sus acciones? Tú me hiciste, y me dejaste morir. ¿Quién soy yo?

 Por CésaR

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