lunes, 4 de julio de 2011

El Luchador


Estamos frente al regreso descomunal del hijo pródigo de Hollywood, Mickey Rourke, quien vuelve a la pantalla con una extraordinaria actuación, en este caso bajo la dirección de Darren Aronofsky, una vez más y previo a la aclamada cinta “El cisne negro”(2010) Darren deja el peso de toda la película sobre los hombros del actor principal y Rourke la concluye de muy buena forma presentándonos el lado sensible de un hombre por demás rudo.

La fotografía es muy al estilo del director, con emplazamientos largos, mucho movimiento de cámara, y cortes bruscos, pero funcionales, la música es una selección de rock de los ochentas muy bien aplicada haciendo alusión a la nostalgia de otros tiempos, el score corre a manos de Clint Mansell quien ya es un elemento indispensable en las películas de Darren; y con una edición por demás funcional.

La película se basa en las emociones de sus personajes y principalmente en las de Randy (protagonista), es un continuo vaivén de conflictos emocionales por parte de todos los relacionados que no permite descubrir el desenlace hasta que está sucediendo.

Aunque la trama es bastante sencilla: un luchador que se niega a abandonar el ring se encuentra en la encrucijada de su vida cuando un ataque cardiaco lo hace valorar las cosas realmente importantes. La puesta en cámara y la dirección actoral es sorprendente, por lo general este tipo de historias están manejadas para llegar profundo en el espectador y arraigarse en sus emociones, este caso no es la excepción y aunque no cuenta con los efectos digitales de “el cisne” (película que maneja el mismo tema pero desde el punto de vista de una mujer) no hacen mella en la historia ni en la narrativa ya que en el caso de “El luchador” la película fluye de forma natural y cada una de las acciones de los personajes va ligada a la anterior, sin embargo es la fuerza del protagonista y sus convicciones lo que terminan dándole al filme ese pequeño detalle que hace trascender.
En palabras del propio director “El luchador” y “El cisne negro” son la misma película o dos partes de una sola producción ya que cuentan la misma historia pero desde puntos diferentes.

Destacable también es la actuación de Marisa Tomei en el papel de Cassidy (coprotagonista de Rourke) una stripper que forma lazos sentimentales con Randy, con gran peso en pantalla y a pesar de que su personaje funciona de forma complementaria al de Rourke, Marisa logra una muy buena interpretación a pesar de realizar un papel difícil para cualquier mujer, al tener que mostrarse desnuda tanto física como emocionalmente a lo largo de toda la película, y aún así mantener un personaje fuerte y centrado que no disminuye a lo largo del filme.

La película es muy recomendable, un ejemplo de cómo deberían de ser trabajadas las películas de drama, sin exageraciones actorales y enalteciendo emociones muy humanas.

Si viste “El cisne negro” y te gustó no te puedes perder “El luchador”.

por Daniel

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