domingo, 12 de junio de 2011

Metal: a Headbangers Journey


Desde el nombre se imaginaran que esta no es una película convencional, pos no, este es un documental, que no pretende mejorar la forma de vida de una sociedad, o concientizar a la gente de los horrores del cambio climático, o mostrar como un grupo de desalmados japoneses que matan a las ballenas que navegan en la tierra de nadie.

METAL: A Headbanger’s Journey o como cariñosamente la llamamos en español EL CAMINO DEL METALERO, este documental 100% independiente nos muestra un pedacito de cultura, a la que los norteamericanos llaman, un montón de desadaptados sociales (aquí en México la mayoría de la gente nada más nos ven con mira desaprobatoria).

Sam Dunn es un sociólogo de Canadá, este tipo al igual que muchos de nosotros creció con una influencia que se sale de los paradigmas sociales establecidos y aceptados por la mayoría de la gente como “normales”; es por eso que Sam se dio a la tarea de mostrarle a las personas que desconocen, satanizan, etiquetan a todo un grupo sub-cultural. La forma de ser de los muy marginados Metaleros.

El documental nos explica como dentro de una gran diversidad de sociedades y naciones, existen personas que fraternizan y han creado toda una hermandad que carece de fronteras, todo con el simple poder de la música. Sam nos muestra el origen y la necesidad de la existencia del Metal; ó como tradicionalmente lo llamamos los chilangos el MEROL, muchos movimientos musicales han surgido y se han quedado por que transmiten culturalmente las características del entorno artístico y social de cierto momento histórico o como necesidad de expresión que perdura a lo largo del tiempo, y el Metal no es una excepción, o acaso creían que es casualidad que exista y trascienda modas banales y perecederas durante poco más de medio siglo.

Aun que pone en pauta las características y los diferentes sub-géneros existentes del Metal, este no es un documental sobre la música, sino más bien es sobre la forma de vivir y de pensar de aquellos que somos orgullosamente pupilos educados bajo la fuerza de esta hermandad, cabe destacar que dentro de este grupo social existen diferentes vertientes tanto musicales como sociales los cuales muchas veces han sido tachadas como un lado oscuro y destructivo, por poner un ejemplo, cada vez que un loco desquiciado entra a una escuela estadounidense a cometer una masacre de las cuales los únicos beneficiados son los canales noticiosos (recordando la masacre de Columbine) la sociedad tiende a culpar al metal, pero si creen que esto solo es propio de la nación de las barras y las estrellas, déjenme contarles que con experiencias personales, me he topado con mucha gente que literalmente me han dicho que esa música es del diablo y cualquiera que guste de ese sonido merece morir. ¿Pero quién es el sádico, satánico entonces?

Lamentablemente el documental no se enfoca tanto en la influencia que este género musical tiene en nuestro país, pero si es un buen reflejo de la forma en la que todos los que llevamos tatuados en el corazón una mano maldiciendo con la señal del diablo, nos movemos en esta vida, y porque yo sé que todos aquellos que hemos salido una tarde cualquiera a caminar por las calles de la ciudad más grande del mundo, portando orgullosamente una playera de Maiden y en un momento cualquiera volteamos y otro hermano nos observa con una mirada de aceptación, moviendo ligeramente su cabeza con una expresión ruda en el rostro, dejándote en la mente una sola idea: ¡a huevo!, bueno ustedes me entienden de lo que estoy hablando.

Pero para todos aquellos que no me entendieron esto último, recuerden que la mayoría de ustedes conocen, quieren, estiman, fraternizan o tienen a algún amigo MEROL y porque siempre hemos estado ahí con ustedes y los hemos acompañado por la vida y en un sin fín de fiestas donde lo que se escucha es el absurdo reggeton o alguna tontería pseudo-electrónica pasajera de Belinda, tal vez quieran echarle un rato de su tiempo para disfrutar este bien logrado documental y comprender un poco más a sus amigos greñudos de miradas firmes y expresiones grotescas y darse cuenta de que madera de acero fuimos forjados.

Y si de todas formas siguen sin aceptar el metal como un estilo de vida; bueno no importa de todos modos nosotros seguimos aquí.

por CésaR
http://www.qbilart.com/echalecacaro.html

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