martes, 1 de junio de 2010

AAA la película





La cultura pop Mexicana está situada entre la admiración por el primer mundo y el apego emocional masivo a las manifestaciones locales. En estos tiempos posmodernos, ya casi a nadie menor de los veinte años le emociona escuchar un mariachi a menos que esté borracho, en la ceremonia del grito de independencia, o que el mariachi en cuestión esté tocando rolas de los Doors. Hoy en día, el folklore nacional se ha ido alejando del corazón de las nuevas generaciones para dar lugar a los programas de tv, películas y canciones de moda con las que crecimos, independientemente de su calidad o propuesta.

De las pocas cosas que permanecen incansables en su pedestal de la memoria colectiva es la lucha libre. Junto con el Día de muertos y Frida Khalo, el espectáculo de los gladiadores enmascarados se ha convertido, para bien y para mal, en el rostro de México para el mundo. Con esto en mente, es raro que se hayan tardado tanto en sacar una película sobre el tema para tratar de jalar al público a las salas de cine. El acercamiento al mundo de las luchas por parte de los medios de entretenimiento de las últimas dos décadas ha sido más bien tímido. Comics, series de tv y películas han pretendido alejarse de la estrafalaria estética sesentera y tratado de darle un look mas serio. Algo así como lo que han hecho con Batman nuestros vecinos.

Pero ¿Como darle una estética de super heroes americanos a los habitantes de un mundo famoso por sus enfrentamientos con monstruos de hule y computadoras de cartón? La respuesta, mis amigos, está en el mágico mundo de los dibujos animados. Sería relativamente sencillo: usar el talento de algún buen equipo de ilustradores para darles una estetica de comic, un guión con estructura clásica de aventuras en tres actos, un buen talento de voces y voilà: una película emocionante para chicos y grandes donde los monstruos se ven espeluznantes en vez de risibles, y donde los luchadores se ven heroicos en vez de panzones.

Tristemente, ese no es el caso de AAA: LA PELÍCULA. Producida por ANIMA ESTUDIOS, quienes cometieron el error de tomar una premisa sin falla aparente y, no se si por las prisas o algo así, hacerla ver como un episodio muy largo del CHAVO ANIMADO.

Todo comienza en los años setenta cuando un científico loco obsesionado con la lucha libre envía a uno de sus robots asesinos a pelear contra dos luchadores que se enfrentan en la arena México. Uno de ellos lo detiene y de inmediato va a reclamarle al autor del incidente. Éste, por error, activa una máquina del tiempo y es enviado treinta y nueve años al futuro.

En la época actual, LA PARKA es el luchador mas pelmazo de México. Trata con la punta del zapato a su hermano menor, quien solo sueña con seguir los pasos de la familia, y tiene una disputa interminable con ABISMO NEGRO. De pronto, el hermano de Parka es secuestrado misteriosamente y todos los luchadores se ven amenazados por un extraño enemigo, que resulta ser... ¡El científico loco! Él los captura y los manda a distintas épocas y lugares del pasado para verlos enfrentarse contra los villanos de la historia.

Una historia de lucha libre no debe tener mayor ciencia. Por algo en BARTON FINK lo ponen como ejemplo de género fácil y barato. Pero esta película abusa de la simplicidad. Para empezar, nunca queda muy clara la razón por la que el villano pretende hacerles la vida imposible a los luchadores. En alguna parte menciona que lo único que quiere es hacer la lucha libre más "espectacular" Pero ¿una razón como esa es suficiente para dedicar toda una vida a construir robots gigantes y máquinas sofisticadas? ¿En verdad alguien invertiría tanto esfuerzo en lograr que el Perro Aguayo se viera más heroico? Además, el público de la lucha libre se la pasa muy bien pegando gritos y tirando carrilla sin necesidad de que la mala ciencia ficción entre en escena. Hay de villanos locos a locos a secas, de los que se quedan viendo la palma de su mano durante horas. Éste doctorcete parece pertenecer más a ésta última categoría.

La Parka y compañía son tan unidimensionales en su personalidad como en su diseño. Básicamente son personajes atléticos genéricos que solo sirven para contar chistes cada veinte segundos y pelear ocasionalmente. Algunos de sus chistes son verdaderamente graciosos, debo aceptarlo, pero no como para estar oyendo uno tras otro en una trama que carece demasiado de acción. Al final, los luchadores no quedan como héroes fantásticos, sino como una banda de bufones musculosos.

La animación deja mucho que desear. Básicamente tiene la calidad del Chavo animado, la cual no es mala... para la tele. Da la impresión de que no les dio tiempo de ponerle más empeño a esta película y tuvieron que resolverla de a rápido. No lo se, pero lo cierto es que cualquier episodio de BOB ESPONJA tiene más color y vida que ésta película.

AAA no le hace justicia a un género muy arraigado en nuestra cultura popular. Se ve más que nada, como una aspiración del primer mundo que se queda muy atrás. Sería muy divertido ver renacer el cine de luchadores con toda la parafernalia de la época actual. Hasta que ese momento llegue, lo que veremos serán solo intentos a medias como éste.

por Abel




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